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Cómo la gestión de la calidad de impresión puede amplificar el rendimiento en la estantería
Por David Stewart
Medir el rendimiento de la impresión e impulsar mejoras en la calidad de impresión puede ser a menudo un esfuerzo complejo. Disponer de recursos dedicados con una sólida formación en color, impresión y normas del sector puede ayudar a simplificar y ampliar.
Un experto con experiencia puede ayudar a sacar a la luz los problemas y comunicarlos claramente a todas las partes interesadas, incluidos los propietarios de la marca, los diseñadores, la preimpresión y el impresor.
Las personas se enfrentan a la tecnología es un poderoso hilo conductor en el mundo del color. Dado que el color debe medirse y gestionarse de forma científica, no se puede eludir el hecho de que la tecnología desempeña un papel. Sin embargo, debemos tener cuidado de que el uso de la tecnología no cree una barrera para el éxito.
Por ejemplo, cuando hacemos referencia a normas industriales como «PQX» o «ISO 12647-2» sin calificarlas para el participante, se reducen a simples siglas o códigos rebuscados que confunden a todos los implicados.
Ser responsable como líder en calidad de impresión no consiste en acumular el mayor número de siglas; se trata de superar el reto de comprender los conceptos que hay detrás de las siglas, de modo que podamos socializar esos conceptos a todos los socios de forma sencilla, lo que nos permitirá conseguir colectivamente que la calidad de impresión sea coherente en todas las imprentas y marcas.
Sin duda es un reto continuo simplificar todo el proceso. Como marca, lo mejor que puedes hacer es mantener tu intención de diseño en el punto de mira:
- Piensa en la intención de tu diseño
- Céntrate en los aspectos del envase que son importantes para la forma en que tu consumidor interactúa con él
- Establece directrices o requisitos para ayudar a mantener esas cosas bajo control
Mantener bajo control esas piezas de tu experiencia de envasado te ayudará a cumplir la promesa y la visión que fueron tan importantes en las fases de diseño de un producto y a mantener tus resultados en las estanterías alineados con las expectativas de marketing.
Un enfoque moderno para simplificar las comunicaciones en torno a la calidad de impresión se llama «Puntuación». La puntuación nos proporciona una forma estupenda de hablar de la calidad del color que obtiene la gente. En la escuela primaria, eso era algo bastante común: recibías un boletín de notas en el que A era estupendo, F no era estupendo, y la gente entiende fundamentalmente esas estructuras.
La puntuación es un enfoque potente y flexible para medir el rendimiento de la impresión, que permite a las marcas introducir nuevas estrategias para gestionar la calidad de impresión de forma sencilla y manejable. La puntuación también es una forma eficaz de combinar una serie de medidas diferentes en una única declaración sobre tu calidad (una puntuación), para que puedas hacer un seguimiento de lo bien que se están produciendo todos los aspectos importantes del paquete.
Por ejemplo, puedes seguir el «equilibrio de grises» o el «valor tonal», y también el «color sólido puntual». Todas estas cosas tienen diferentes medidas técnicas. Sin embargo, si puntúas cada una de ellas, puedes simplificarlas en un único número que sea significativo, proporcionando una indicación clara de si todo el paquete está imprimiendo dentro de las especificaciones o no.
Lo más importante de las cifras y métricas utilizadas para medir el rendimiento de la impresión es que sean totalmente transparentes. Es fundamental que, sean quienes sean los socios que trabajen juntos basándose en el sistema de puntuación, se tomen el tiempo necesario para educar adecuadamente y alinearse sobre lo que significan estas puntuaciones. En algunos casos, la gente tiene enfoques diferentes para hacer puntuaciones y es difícil que todos se pongan de acuerdo.
¿No puedo seguir las normas del sector?
En el mundo de la impresión, hay un gran interés por aplicar las normas ISO a la impresión. Sin embargo, las normas ISO van mucho más allá de la impresión: rigen el funcionamiento de las cosas en todo el mundo. Estas normas se establecen en gran medida por motivos de seguridad y compatibilidad.
El tipo de precisión que espera una marca suele ser mucho mayor que para lo que está construido un estándar industrial. Por eso, debemos fijarnos en los fundamentos de las normas, pero asegurándonos de que tenemos en cuenta la capacidad de la impresora y las expectativas de la marca.
Muchas marcas no tienen muchos conocimientos históricos sobre los detalles de una norma industrial y deberían investigar más a fondo cómo podrían y deberían utilizarse las normas industriales para regir su impresión.